Tiene lugar en el centro psiquiátrico Briarcliff, construido en 1908 que alberga una cantidad de muertes desorbitada. Después de que el manicomio pase a ser propiedad de la Iglesia católica, éste cambia su estancia para alojar únicamente a asesinos dementes. Uno de ellos es Kit Walker, interpretado por Evan Peters, quien está acusado de haber asesinado a su pareja y señalado como uno de los mayores asesinos en serie hasta ese momento conocido como «Bloody face». Lana Winters, la periodista a quien da vida Sarah Paulson, decide investigar la historia y, para ello, acude al centro para entrevistar a diversos personajes como el Doctor Arthur Arden, interpretado por James Cromwell o la hermana Jude, a quien da vida Jessica Lange y con quién tendrá una difícil relación a lo largo de esta segunda entrega.